Países de América Latina y el Caribe se reúnen en torno a la Cultura de Seguridad Radiológica

Asistentes al encuentro

Para fomentar e impulsar que la Cultura de Seguridad Radiológica sea un aspecto considerado y tratado como relevante en las organizaciones, trabajadores e instalaciones donde se aplica radiación ionizante, se realizó un encuentro que reunió a 33 representantes de 14 países de América Latina y el Caribe, en el Centro de Estudios Nucleares La Reina de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), con apoyo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

En ese marco, el objetivo se centró en establecer los fundamentos para una mejor comprensión y difusión del concepto de Cultura de Seguridad Radiológica y sus atributos, como parte de las políticas de las instituciones de los países miembros, adecuándolo a las particularidades de la protección y seguridad radiológica y física de las fuentes de radiación ionizante.

En esa línea, se revisaron documentos y acciones que se vienen realizando desde el OIEA en materia de Cultura de Seguridad Radiológica, abordando elementos básicos, enfoques, modelos, tratamiento y responsabilidades, entre otros. El programa también incluyó trabajos grupales, análisis de casos y discusiones sobre lecciones aprendidas.

En representación del OIEA, asistió Rodolfo Cruz-Suárez (Cuba), acompañado de los expertos María Teresa Alonso (Argentina) y Rubén Ferro (Cuba). En tanto, como relatores, participaron Mauricio Lichtemberg, director ejecutivo de la CCHEN y presidente del Foro Iberoamericano de Organismos Reguladores Radiológicos y Nucleares, junto a Miguel Aravena y Ricardo Videla, también de la Comisión.

“El cumplimiento de los requisitos de las normas básicas internacionales de seguridad requiere enfoques únicos a nivel nacional y, a su vez, una armonía entre dichos enfoques en pos de la protección radiológica y la optimización de la protección y la seguridad”, enfatizó Cruz-Suárez.

Por su parte, Leslie Vironneau de la Sección Vigilancia Radiológica Individual de la CCHEN, y a cargo de la organización del encuentro, comentó que “junto a participantes de la Región discutimos sobre la Cultura de Seguridad Radiológica, pasando por aspectos de la evolución de la seguridad actual, factores técnicos y los sistemas de gestión que se vienen aplicando por años”.
En esa línea, agregó que “lo lógico sería cambiar el enfoque para avanzar en la mejora continua de los niveles de seguridad radiológica, debiendo para ello centrarnos en la integración de los factores humanos y organizacionales para seguir optimizando la protección radiológica de las instalaciones que tienen actividades con fuentes de radiación ionizante”.

Esta actividad se realizó en el marco del proyecto OIEA denominado “Fortalecimiento de las capacidades regionales para los usuarios finales y organizaciones de apoyo técnico en la protección radiológica y la preparación y respuesta de emergencia, en línea con los requerimientos del OIEA” (RLA/9/085).

Asistieron representantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Cuba, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y Chile.

Precisamente, desde Costa Rica, participó Carolina Masís, de la Universidad de Costa Rica y en apoyo a la Autoridad Regulatoria Nacional, quien señaló que “creo que la Cultura de Seguridad Radiológica ha avanzado mucho en mi país, sobre todo después del accidente del San Juan de Dios, que vino a reforzar el compromiso del gobierno por dar la prioridad que el tema requiere”.

Masís añadió que lo anterior “se demuestra en las capacitaciones que se organizan y en la forma en que se disemina la información en todos los niveles. No obstante, aunque creo que a nivel centroamericano nos estamos encargando de mantener un buen nivel de cumplimiento normativo, aún falta el paso siguiente, que es concientizar aún más a las organizaciones de que la Cultura de Seguridad Radiológica no debe ser asociada a un proceso de fiscalización, sino a un deber”.

Sin ir más lejos, Cruz-Suárez reconoce que los factores humanos y organizativos continúan teniendo la mayor incidencia en los accidentes, estimándose su contribución entre el 80 y 90% de los casos, lo que significa que para garantizar la seguridad no resulta suficiente disponer de tecnologías modernas, procedimientos, ni personal calificado y capacitado. “La experiencia demuestra que comportamientos inadecuados de individuos u organizaciones pueden erosionar o inhabilitar las barreras y medidas de control destinadas a la prevención de accidentes, incluso antes de que estos ocurran”, sentenció.

Por eso, para finalizar, el experto concluyó que “la comprensión y desarrollo de la Cultura de Seguridad Radiológica no deben ser considerados como opcionales, sino como una necesidad ineludible para lograr los estándares de seguridad que cualquier industria que incluya actividades de riesgo, requiere”.