Objetivo 2: Hambre cero

Debido al rápido crecimiento económico y al aumento de la productividad agrícola en las últimas dos décadas, el número de personas desnutridas disminuyó casi a la mitad. Muchos países en desarrollo que sufrían hambrunas están ahora en condiciones de satisfacer las necesidades nutricionales de los más vulnerables. Regiones como Asia Central y Oriental y América Latina y el Caribe han avanzado enormemente en la erradicación del hambre extrema.

Lo anterior son importantes logros que se alinean con las metas establecidas por los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Desgraciadamente, el hambre extrema y la desnutrición siguen siendo grandes obstáculos para el desarrollo de muchos países. Se estima que 795 millones de personas sufrían de desnutrición crónica en 2014, a menudo como consecuencia directa de la degradación ambiental, la sequía y la pérdida de biodiversidad. Más de 90 millones de niños menores de cinco años tienen un peso peligrosamente bajo y una de cada cuatro personas pasa hambre en África.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible buscan terminar con todas las formas de hambre y desnutrición para 2030 y velar por el acceso de todas las personas, en especial los niños, a una alimentación suficiente y nutritiva durante todo el año. Esta tarea implica promover prácticas agrícolas sostenibles a través del apoyo a los pequeños agricultores y el acceso igualitario a la tierra, la tecnología y los mercados. Además, se requiere el fomento de la cooperación internacional para asegurar la inversión en la infraestructura y la tecnología necesaria para mejorar la productividad agrícola.

¿Cómo aporta la energía nuclear al logro de este objetivo?

Mediante el uso de técnicas nucleares e isotópicas, es posible mejorar y conservar los recursos hídricos, los suelos y los cultivos.

Por ejemplo, se puede proteger los cultivos de plagas de insectos o bien, obtener nuevas variedades de vegetales resistentes a cambios climáticos, condiciones extremas de temperaturas, vientos y condiciones del suelo. También las técnicas nucleares son de utilidad para proteger la salud del ganado y mejorar su eficiencia reproductiva.

Otra técnica nuclear muy utilizada en el mundo es la conservación y la inocuidad de los alimentos, a través de procesos de irradiación.

Todos estos procesos aportan a la seguridad alimentaria y a que los productos de esta área lleguen a una mayor cantidad de población.