La CCHEN integra proyecto que busca evaluar la contaminación de los suelos de la región

El suelo es la base de la flora, la fauna y las personas. En definitiva, es el sustento de la vida misma. Sin embargo, su preservación en América Latina y el Caribe es amenazada por actividades antropogénicas, e incluso, por causas naturales.

Esto alertó a 18 países de la región quienes, conscientes de la falta de información y de capacidad analítica para determinar los contaminantes y su impacto, conforman el proyecto RLA5089 denominado “Evaluación de los efectos de los metales pesados y otros contaminantes en los suelos contaminados por actividades de origen antropógeno y natural”, apoyado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), a través del Acuerdo Regional ARCAL.

En representación de Chile, participa la investigadora de la División de Investigación y Aplicaciones Nucleares (DIAN) de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), la Dra. Ana Valdés Durán.

“Con este proyecto esperamos contribuir, a nivel nacional y regional, al incremento de capacidades analíticas en lo que respecta a técnicas nucleares aplicadas al estudio de suelos contaminados por metales pesados, así como a la formación de profesionales en esta temática. Los esfuerzos se orientarán a la armonización de metodologías de trabajo para el desarrollo de un diagnóstico de la calidad de los suelos en América Latina”, señaló la Dra. Ana Valdés Durán.

Las causas del problema

En declaraciones realizadas en 2021 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el empeoramiento de la contaminación del suelo y la proliferación de desechos amenazan el futuro de la producción alimentaria, la salud humana y el medioambiente en todo el mundo.

Algunas cifras de PNUMA indican que más de un 70% de las tierras secas utilizadas en agricultura en América del Sur sufren una degradación de moderada a extrema, o que cerca del 50% de los suelos en las tierras de pastoreo han perdido su fertilidad. Además, en las últimas décadas, el abandono rural y la pobreza han acelerado el crecimiento de las áreas urbanas. El problema es que muchas ciudades no fueron concebidas para las densidades demográficas que hoy tienen. De ahí que sus habitantes son particularmente vulnerables a desastres y riesgos para su salud.

A este problema ya declarado contribuyen otros componentes, como la falta de buenas prácticas de manejo del suelo; la insuficiente información confiable sobre el nivel de contaminación por metales pesados ​​y otros contaminantes; y la falta de interacción entre gobiernos, academia y comunidades científicas.

Por lo tanto, para contribuir a mejorar las políticas de manejo del suelo, es necesario partir por generar conocimiento e información sobre la caracterización de los impactos ambientales de los metales pesados ​​y otros contaminantes de origen antrópico y natural. Esto constituye el objetivo central de este proyecto regional.

El Plan Estratégico Regional de ARCAL reconoce los problemas que tiene la región en materia del recurso suelo, de allí que en todos los últimos ciclos hemos tenido proyectos que han abordado la erosión y contaminación de este recurso fundamental para la vida y la supervivencia. Del ciclo anterior tenemos el proyecto RLA5076, que al igual que este proyecto RLA5089, utilizan técnicas nucleares y conexas para lograr sus objetivos, los que contribuyen a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), aprobados en la Cumbre de las Naciones Unidas, como Salud y Bienestar, Hambre Cero y Vida de Ecosistemas Terrestres”, enfatizó la Coordinadora Nacional de ARCAL en Chile, Silvia Lagos Espinoza.

El rol de la energía nuclear

Para realizar este tipo de evaluaciones, las técnicas analíticas nucleares y afines juegan un rol clave porque su aplicación arroja información confiable que puede contribuir a una mejor toma de decisión, incluida la planificación del uso del suelo y la legislación adecuada.

En esta línea, el análisis por activación neutrónica (NAA) será una de las técnicas a aplicar por cuanto permite estudiar diversas muestras, pudiendo con solo unos pocos miligramos realizar el análisis de los elementos presentes, a partir de métodos no destructivos, donde basta una mínima manipulación. En forma complementaria, el uso de isótopos será clave para identificar la fuente y el transporte de contaminación por metales pesados ​​en áreas mineras o industriales.

El plan de trabajo, que se extenderá por cuatro años, incluye la evaluación de las capacidades humanas y analíticas en la región, el desarrollo de un inventario de la normativa con que se cuenta para evaluar la contaminación de suelos por metales pesados, la armonización de procedimientos de muestreo y análisis, la elaboración de un manual de procedimientos para realizar la evaluación, la adquisición de equipamiento e insumos para muestreo y preparación de muestras, pruebas de aptitud y rondas de intercomparación, entre otros.

“En Chile nos hemos propuesto trabajar en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente, Ministerio de Agricultura y Ministerio de Minería, por tratarse de instituciones clave relacionadas con distintos usos del suelo. Después de la primera reunión de coordinación, que tuvo efecto del 21 al 24 de marzo, y dada la experiencia de la CCHEN en la materia, Chile liderará, junto a México, Uruguay, Argentina y Panamá, la armonización de protocolos del trabajo de campo (métodos y criterios de muestreo e instrumentos analíticos, entre otros). Esperamos contar con una versión preliminar en noviembre, para luego realizar capacitaciones al resto de instituciones participantes, para iniciar los proyectos piloto que cada país tendrá que desarrollar”, detalló la Dra. Valdés.

Los países que conforman este proyecto ARCAL son Argentina, Bolivia, Brasil, Belice, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela.