Buscan mejorar la gestión del recurso hídrico en la minería

En el marco de la iniciativa que apuntó a “Fortalecer el monitoreo de las actividades mineras o industriales y sus efectos sobre los recursos hídricos utilizando técnicas isotópicas”, la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), la Dirección General de Aguas (DGA) y el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) trabajaron conjuntamente en la implementación de este proyecto que, además, contó con apoyo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y la colaboración de minera Los Pelambres y la Universidad de Barcelona.

Precisamente, para dar a conocer sus avances, esta semana se efectuó una reunión entre las contrapartes y representantes de Los Pelambres, en virtud del apoyo otorgado por la minera al facilitar el Tranque de Relaves Quillayes, como sitio piloto para el desarrollo del proyecto. Asimismo, se realizó el seminario “Uso de técnicas isotópicas para el monitoreo de tranques de relaves: lecciones aprendidas de un caso de estudio”.

Estadísticas

Para comprender el alcance de esta iniciativa, recordemos que la minería es clave para la economía nacional; sin embargo, dado su crecimiento vertiginoso en los últimos años, se ha tornado invasiva, desde el punto de vista de impacto al medio ambiente. Lo anterior sin considerar la disminución que el recurso agua ha sufrido por el cambio climático.

Y si hablamos de cifras, lo que respecta al consumo total de agua de origen continental de la industria minera del cobre en 2016 fue de 13,61 m3/seg, en tanto, el agua de mar fue de 2,45 m3/seg y el agua recirculada alcanzó los 43,25 m3/seg, sumando así 59,31 m3/seg de agua destinada a la minería del cobre, según un informe entregado por Cochilco en 2016.

Por su parte, las principales industrias mineras de Chile poseen plantas de procesamiento de minerales que producen relaves almacenados en embalses que, en caso de no considerar las precauciones correspondientes, podrían arriesgar impactos en aguas superficiales y subterráneas, pudiendo afectar no solo a las poblaciones adyacentes a estas industrias, sino que a todas aquellas que utilizan recurso hídrico para sus actividades económicas.

Proyecto conjunto

Conciente de ello, nació la idea de incorporar un nuevo parámetro en el monitoreo convencional que realizan las entidades gubernamentales responsables. Así, la propuesta se basó en agregar experiencia en el uso de herramientas isotópicas con que cuenta la CCHEN, a través de su Laboratorio de Isótopos Ambientales, más la hidroquímica proporcionada por el Laboratorio de Análisis Químico.  A ello se sumó información hidrogeológica del Departamento de Conservación y Protección del Recurso Hídrico de la DGA y la normativa de depósitos de relaves que dispone el Departamento de Relaves de Sernageomin.

En resumen, el proyecto apuntó a fortalecer el monitoreo convencional, agregando herramientas isotópicas a la metodología que hoy se utiliza para hacer seguimiento y control de las fuentes de agua de los sitios donde se ubican las empresas que explotan minerales y que luego puedan ser considerados en los planes de manejo y monitoreo de las aguas que rodean esta actividad.

En este sentido, los isótopos ambientales ayudan a comprender y apoyar un modelo hidrogeológico conceptual, en modelos de flujo y fuentes de recarga de aguas subterráneas, destino, transporte y origen de contaminantes, proporcionando información valiosa que puede permitir mejorar las políticas de gestión.

El investigador del Departamento de Mineralogía, Petrología y Geología Aplicada de la Universidad de Barcelona, Albert Soler, en su calidad de supervisor de proyecto, señaló que “los resultados mostraron cómo los isótopos estables del agua y del sulfato disuelto aportan una dimensión diferente de la meramente hidroquímica, que permite comprender mejor el modelo conceptual hidrogeológico en los entornos de tranques mineros e, incluso, aproximar la eficiencia de los métodos de control diseñados para evitar su impacto en el entorno”.

En el mismo marco, Soler agregó que “estos resultados deberían facilitar tanto a las empresas mineras, como a la propia administración, el control de estos pasivos mineros y ayudar en los planes de cierre y en el diseño de implementaciones para su correcto funcionamiento”.