Esta semana, a nivel mundial, se conmemora la Semana del Agua, y dado que se trata de un recurso valioso y vital para todas las formas de vida conocidas, su uso y estudio es transversal.
Hace más de 30 años, la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) creó el Laboratorio de Isótopos Ambientales, mediante el cual ha implementado metodologías isotópicas principalmente dirigidas al ciclo hidrológico, como un complemento de parámetros como la hidroquímica que, junto a disciplinas como hidrología y geología, conforman información clave para estudios y proyectos relacionados con este recurso.
Los isótopos ambientales del ciclo hidrológico están presentes en la naturaleza, pudiendo ser estables o radiactivos, sin afectar al ser humano. En los últimos años, la CCHEN utiliza y aplica los isótopos estables del agua, a través de la caracterización y monitoreo de su trayectoria a lo largo del ciclo del agua, cuya ruta parte al salir del mar, pasando por diferentes etapas, hasta volver a la tierra. Este trayecto deja una huella característica, posible de medir e interpretar.
Parte de los compromisos de la CCHEN apuntan a la participación y colaboración en proyectos y estudios basados en el recurso agua superficial y subterránea. En ese sentido, a modo de ejemplo, cabe mencionar las técnicas isotópicas, permiten evaluar su origen , el comportamiento en el ciclo hidrológico y la composición de acuíferos, destacando en esta categoría los humedales y bofedales que hoy son parte de la discusión de diversos sectores involucrados en la sustentabilidad del agua.
Contaminación de aguas
Recientemente, finalizó un proyecto regional de ARCAL, donde participó, en representación de Chile, el Laboratorio de Análisis Químico de la CCHEN, junto a profesionales de la División de Estudio y Planificación de la Dirección General de Aguas del MOP, y al Dr. José Luis Arumí, decano de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción.
El objetivo fue caracterizar química e isotópicamente las fuentes de agua de un sitio piloto, para evaluar el posible impacto del uso de fertilizantes nitrogenados. Para este estudio fue seleccionado el Valle de Peumo (Región de O´Higgins), cuya economía se basa en la agricultura asociada a la actividad doméstica-urbana.
Como el agua subterránea es una de las principales fuentes y reservas para utilizar como agua potable, se hizo una caracterización de varios puntos, incluyendo pozos someros y profundos de los sistemas de Agua Potable Rural (APR). A su término, se validó el modelo conceptual generado hace más de 10 años por investigadores de la Universidad de Concepción y se sugirió considerar seguimiento constante, con técnicas isotópicas, en los planes de monitoreo.
La investigadora Evelyn Aguirre, encargada del Laboratorio de Isótopos Ambientales de la CCHEN, señaló que “el incremento de la población, sumado a la evolución económica de las áreas agrícola, minera, industrial, etc., hace que este recurso sea cada vez más necesario, y dado que su demanda va en aumento, estamos en una posición sensible frente a las variaciones climáticas que nos mantienen ocupados pensando cómo enfrentarlas mejor”.