Científicos y comunicadores se reunieron para discutir las amenazas de nuestros océanos en América Latina y el Caribe

En Santa Marta, Colombia, se dieron cita más de 20 científicos marinos y expertos en comunicación para trabajar conjuntamente en la elaboración de mensajes y productos de difusión y divulgación que den cuenta del rol de la ciencia nuclear en el monitoreo del medio ambiente marino. En esa misma instancia, se conformó REMARCO, una red de ciencia y comunicación que conecta 14 países de la región de América Latina y el Caribe.

Lo anterior se basa en que quienes toman decisiones no suelen disponer del tiempo suficiente para revisar documentos científicos o 30.000 muestras de datos sobre la salud de nuestros océanos. Por eso, el grupo se reunió para consolidar y compactar estos hallazgos, con el fin de enviar la información a los responsables de formular políticas a nivel nacional. En ese sentido, y con apoyo del OIEA, el objetivo apunta a crear conciencia sobre las amenazas a los océanos y ayudar a los tomadores de decisión de la región a procurar políticas basadas en evidencias.

“Los informes científicos no siempre son fáciles de digerir, y los artículos de este tipo se publican en canales tan especializados, que muchos de los resultados relevantes no llegan a los responsables de la formulación de políticas”, dijo Magali Zapata, encargada de la gestión del programa en la cooperación técnica del OIEA. Agregó que “el objetivo de este taller y de REMARCO es exactamente eso: ayudar a los científicos a comunicar sus resultados fuera de la esfera científica, y así crear la conciencia necesaria para influir en la toma de decisiones”.

La red se estableció en 2016 para conectar a estos países ante los desafíos compartidos en sus entornos marinos y costeros, esto es, contaminación marina, acidificación de los océanos, proliferación de algas nocivas y microplásticos. Con el apoyo del programa de cooperación técnica del OIEA, los científicos de la red utilizan técnicas derivadas de la energía nuclear para monitorear estos fenómenos y presentar las propuestas adecuadas de remediación o mitigación.

Durante el taller, expertos de Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, México, Nicaragua, Panamá, Uruguay y Venezuela crearon cuatro folletos, uno para cada uno de los temas mencionados anteriormente, además de un folleto sobre REMARCO. La idea es ofrecer este material a los tomadores de decisión durante conferencias y reuniones de alto nivel, como por ejemplo, la 22ª Reunión del Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe. Próximamente el material también estará disponible en línea.

Representando a Chile, asistió el comunicador Víctor Contreras, del Laboratorio de Toxinas Marinas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, quienes lideran en nuestro país este proyecto, junto a Rosamel Muñoz, jefe de la Oficina Asesora de Comunicación Corporativa de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), quien fue invitado como experto para dirigir el taller, junto a la periodista del Organismo, Laura Gil.

Además del material impreso, los expertos han ideado una estrategia comunicacional para el mediano y largo plazo, una propuesta de video y una serie de perfiles de países con información de los problemas específicos que afectan a cada lugar.

“Los ambientes marinos representan una fuente renovable de biodiversidad que contribuye a la economía”, dijo Francisco Arias, director general del Instituto de Investigación Marina y Costera (INVEMAR), donde se realizó el taller. “El conocimiento compartido generado por nuestros científicos ayuda a sostener este recurso indispensable para Colombia y los demás países costeros que también se ven afectados por estas amenazas”, sentenció.

El programa de cooperación técnica del OIEA ha capacitado a más de 300 científicos y técnicos en general sobre el uso de técnicas derivadas de la energía nuclear para medir la contaminación marina, la acidificación de los océanos, la proliferación de algas nocivas y los microplásticos. Con el equipo y las técnicas proporcionadas por el OIEA, los técnicos y científicos que forman REMARCO han recolectado hasta la fecha casi 30.000 muestras de agua y organismos marinos y han publicado numerosos artículos científicos sobre diversas amenazas a los océanos.

Estos resultados se utilizarán para abordar los principales desafíos en la materia, como los organismos que amenazan la acidificación de los océanos, como los corales y moluscos. Esta acidificación es una alteración de la composición química del agua de mar debido al aumento acelerado del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, causado por la acción humana.

Las floraciones de algas nocivas (HAB) son fenómenos naturales generados por el crecimiento de ciertas microalgas que producen un efecto nocivo o tóxico cuya frecuencia, en los últimos años, ha aumentado a nivel mundial. Afectan los ecosistemas, la economía de las zonas costeras, la seguridad de los recursos pesqueros y la salud pública, lo que lleva a intoxicaciones graves e incluso, a la muerte.

El deterioro de la calidad del agua, los efectos perjudiciales sobre los recursos vivos, el peligro para la salud humana, la reducción de los atractivos naturales y los obstáculos para las actividades económicas son consecuencias de la contaminación costera y marina. Esta contaminación se debe a actividades humanas que introducen sustancias, como las aguas residuales domésticas e industriales, y la energía, como el calor, la iluminación y el ruido en el mar.

Los microplásticos, por último, son uno de los contaminantes más preocupantes, complejos y difíciles de manejar. Son partículas de plástico de un tamaño menor a cinco milímetros que llegan a los océanos. Se originan a partir de la fragmentación o fabricación directa de materiales para uso industrial y doméstico, pudiendo afectar las funciones del ecosistema.

Los científicos de REMARCO investigan estos fenómenos emergentes a partir de técnicas nucleares y convencionales, y producen e intercambian valiosos conocimientos destinados a monitorear constantemente del estado del medio ambiente.
Nota original de Laura Gil, OIEA (VER AQUÍ)