Técnicas nucleares contribuyen en la recuperación de recordado mural “Principio y fin” de Julio Escámez

Fue en el año 1972 cuando el mural “Principio y fin” del destacado artista nacional, Julio Escámez, se inauguró en el municipio de Chillán, ante la presencia de importantes autoridades, encabezadas por el Presidente de la República de la época, Salvador Allende. Sin embargo, los hechos acaecidos tras el golpe militar produjeron que esta emblemática obra desapareciera. O al menos eso se creía hasta hace poco.

Algunas versiones señalaban que este mural había sido “borrado” a punta de alquitrán y picota. No obstante, estudios encargados por la propia Municipalidad de Chillán, al mando del edil Camilo Benavente, hoy constatan la existencia de, aparentemente, gran parte de esta creación. Una muy buena noticia para la región y para el país. Veamos cómo se llegó a esta conclusión.

La Unidad de Patrimonio (UPA) de la Municipalidad de Chillán solicitó a fines de 2021 un primer análisis del mural de Escámez, a cargo del arquitecto Carlos Inostroza de la consultora Estudio Cero. Fueron esos primeros trabajos los que determinaron la permanencia del mural, y los que motivaron al municipio chillanejo a solicitar la asesoría del Centro Nacional de Conservación y Restauración (CNCR) del Servicio Nacional de Patrimonio Cultural, para ampliar informaciones respecto del estado del mural.

Para el alcalde de Chillán, Camilo Benavente, esta es una gran noticia. “Nos alegra saber que, a pesar del intento por destruir su obra, en el edificio de nuestro municipio se encuentra esta pieza que puede ser recuperada. Nuevamente entregaremos todo nuestro apoyo para que esto pueda ser realidad”, comentó el jefe comunal.

A continuación, en abril de 2022, Angela Benavente y Mónica Pérez, de la Unidad de Patrimonio de las Artes Visuales (UPAV) y Valeria Godoy, profesional de la Unidad de Ciencias de la Conservación (UCC) del CNCR se trasladaron a Chillán para realizar algunas pruebas que confirmaran la existencia del mural bajo las capas de pintura, además de análisis científicos que permitieran establecer, preliminarmente, la naturaleza de los materiales pictóricos del mural y su técnica constructiva, junto con los materiales que lo cubren.

“Ha sido un camino lento el recorrido desde el primer hallazgo en noviembre de 2021, pero necesario para tomar todos los resguardos que hoy nos permiten afirmar la situación actual del mural, gracias al gran trabajo realizado por el equipo de expertas y expertos”, comentó, por su parte, Karin Cárdenas, encargada de la Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Chillán.

Se realizaron varias catas o ventanas donde, en la mayoría de los casos, se encontró la pintura original, tanto en la Sala del Concejo Municipal como en el piso superior, demostrando que, en apariencia, gran parte del mural existe. En un segundo terreno realizado recientemente, en el que participaron Angela Benavente, Mónica Pérez y María Isabel Amaya (UCC) se realizaron otras ventanas en zonas que no habían sido analizadas la vez anterior, y se tomaron muestras adicionales para complementar la información obtenida en la visita del año pasado. 

“Algunas ventanas fueron ampliadas, lo que permitió, con la referencia de la fotografía de la inauguración, ubicar espacialmente las formas e imágenes descubiertas. Nuestra recomendación, luego de la actividad en terreno de 2022, incluía el estudio estructural del muro. En ese sentido, el apoyo de la CCHEN nos permite evaluar su estado y sus características, y, en forma eventual, relacionar esa información con ciertas anomalías observadas en algunas ventanas”, señaló Angela Benavente, jefa de la UPAV.

Por eso, el CNCR, teniendo en vista el convenio vigente con la CCHEN, pidió apoyo técnico al Centro de Ensayos No Destructivos en Estructuras Civiles de la Comisión. Cabe mencionar que este Centro se origina a partir de un proyecto enmarcado en el Acuerdo Regional ARCAL RLA1014, para apoyar con técnicas no destructivas en la evaluación de estructuras civiles que se ven amenazadas producto de siniestros naturales como los terremotos.

“Gracias a técnicas de ensayos no destructivos, como georradar, esclerometría, magnetometría, tomografía ultrasónica, entre otras, podemos observar el espesor del muro y sus recubrimientos, como así también podemos elaborar imágenes 3D para analizar su integridad y determinar si hubo modificaciones en estos 50 años transcurridos”, señaló Mario Barrera, encargado del Centro de Ensayos No destructivos de la CCHEN, quien agregó que “nuestra tarea será entregar todos los datos estructurales del muro donde se encuentra la obra para que sean evaluados por el CNCR, junto a la Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Chillán”.

A diferencia de las técnicas de carácter destructivo que terminan lesionando o, incluso, destruyendo las estructuras, las técnicas de ensayos no destructivos permiten, sin generar daño alguno, caracterizar su estado y conocer algunas de sus propiedades físicas. En la CCHEN se utilizan regularmente para evaluar los combustibles nucleares que ingresan al reactor RECH-1, y desde allí su aplicación ha derivado hacia otras áreas, como es el caso de las obras patrimoniales. 

“Los usos y las aplicaciones pacíficas de las radiaciones ionizantes en nuestro país tienen un largo historial de beneficios para diversos sectores, entre ellos, la industria. Hoy nos complace sabernos parte de un proyecto que busca no solo recuperar una obra, de amplia connotación y significancia, sino que, además, rememorar una parte de nuestra historia como país”, enfatizó el Director Ejecutivo (S) de la CCHEN, Luis Huerta.