Misión de Salvaguardias del OIEA en Chile: Garantizando el uso pacífico de la energía nuclear

Entre el 6 y el 13 de noviembre de 2023, Chile abre sus puertas a la Misión de Salvaguardias del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Esta inspección, que se realiza con una frecuencia de uno o dos años desde 1995, se efectúa en virtud del acuerdo bilateral de Salvaguardias suscrito por Chile con el OIEA. El propósito fundamental de esta misión es verificar los inventarios físicos de material nuclear, principalmente uranio, declarados por Chile a través de reportes contables periódicos enviados al Organismo.

La inspección abarca cinco áreas de balance de material en Chile, incluyendo el reactor RECH-1, el reactor RECH-2, el Laboratorio Experimental de Conversión, la Planta Elementos Combustibles y áreas exteriores a las instalaciones nucleares mencionadas, pertenecientes a la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN). Cada área cuenta con un encargado o encargada de contabilidad nuclear, cuya responsabilidad es actualizar los inventarios y reportar al Sistema Nacional de Contabilidad Nuclear, cuya información confidencial se comparte con el OIEA para mantener al día la cantidad de materiales nucleares en el país.

Los materiales sujetos a salvaguardias incluyen plutonio, uranio enriquecido, uranio natural (concentrados), torio, uranio empobrecido, y otros que el OIEA designe mediante la Junta de Gobernadores. Estas salvaguardias tienen como objetivo principal garantizar que Chile no desvíe material nuclear para usos no pacíficos y que no realice actividades no declaradas en el ámbito nuclear.

Chile, comprometido con el Régimen Internacional de No Proliferación Nuclear, ha suscrito tratados clave como el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (NPT) en 1995, el Acuerdo para la Aplicación de Salvaguardias Amplias (INFCIRC/476) en el mismo año, y el Protocolo Adicional (INFCIRC/476/add.1) en 2004. Además, desde 1970 forma parte del Tratado de Tlatelolco en América Latina y el Caribe, comprometiéndose a utilizar la energía nuclear exclusivamente para fines pacíficos y promoviendo el desarme nuclear internacional.

Las salvaguardias no se limitan a la inspección física, sino que también involucran medidas técnicas como monitoreo satelital, vigilancia remota a través de cámaras, sellos del OIEA a materiales o dependencias, revisión de información abierta del país relativa a materiales y el ciclo del combustible nuclear, entre otras.

El OIEA, a través de tratados internacionales y documentos clave como INFCIRC/66/Rev.2, INFCIRC/153, e INFCIRC/540, busca fortalecer la capacidad de obtener conclusiones sobre la ausencia de materiales nucleares o actividades no declaradas por un Estado. Esto se materializa con la promulgación del Protocolo Adicional, que otorga a los inspectores de salvaguardias un mayor derecho de acceso a las instalaciones y fomenta la transparencia en la información proporcionada por los países sobre sus programas nucleares.

“En un contexto global donde la cooperación y la supervisión son esenciales, las salvaguardias del OIEA desempeñan un papel crucial para prevenir la proliferación nuclear y garantizar el uso pacífico de la energía atómica. Chile, en línea con sus compromisos internacionales, reitera su compromiso con estos procesos de control y cooperación para el beneficio de la humanidad y la seguridad mundial”, señaló el Director Ejecutivo de la CCHEN, Luis Huerta Torchio.

Por su parte, Norman Araya Bustos, encargado del Sistema Nacional de Contabilidad Nuclear y Salvaguardias, concluyó que “la inspección se ha realizado en forma satisfactoria, y de acuerdo a lo planificado. Los inspectores han agradecido la excelente colaboración del personal CCHEN, lo que ha facilitado las verificaciones tanto del material nuclear como de las actividades y la información de diseño de las instalaciones nucleares”. 

Asimismo, Norman Araya agregó que “no se han detectado hallazgos relativos a la contabilidad nuclear ni tampoco respecto de cambio en las especificaciones de las instalaciones de la CCHEN. Este resultado –parcial al día viernes 10 de noviembre- es fruto de un trabajo continuo y estable, y de un sistema nacional de contabilidad nuclear maduro, que se ha desarrollado a lo largo ya de 28 años”.